Este post ha sido publicado originalmente en blog oficial de nuestro Director, Joan Espino.
"Apuesto más por un cine políticamente incorrecto con tecnología del siglo 21"
/ Joan Espino
Hace algunos años he seguido muy de cerca la temática política de las películas latinoamericanas, muchas veces perdidas en el tema no ampliamente descrito pero que se cuela entre frases puntuales o situaciones muy crudas de la realidad que viven los países del “tercer mundo” Películas como “Amores Perros”, “Ciudad de Dios”, “La Ley de Herodes”, “Tropa Elite”, “La Historia Oficial” o “Ladrones a Domicilio” entre muchas otras, todas, y dejando a un lado que son de mis favoritas, poseen una fortaleza discursiva audiovisual que sin dudas tienen un trasfondo puramente político.
Desde luego unas más que otras, pero cada uno de estos filmes tiene el coraje esencial para denunciar y favorecer ciertos sectores de la sociedad, los cuales regularmente resultan ser los menos privilegiados y olvidados por la equidad de un “Estado” por el cual han apostado, emitido su voto o declarado simpatía públicamente, pero que desde luego les dan la espalda, plagados de corrupción, golpeándoles con las limitadas posibilidades u oportunidades sociales. Un “Estado”, que se muestra transparente, pero no por representar pulcritud en su manejo, sino por la ausencia de poder democrático en los países que simulan tenerlo.
El cineasta, no sólo se constituye a si mismo como un artista de la luz, del lente, de los planos, del lenguaje cinematográfico en concreto o el guía del noble arte de la actuación en desarrollo, es y debe ser un “ser completo”, definido, por los cánones establecidos por las sociedades post modernas. Debe presentarse a si mismo y ser reconocido, como un individuo con una fuerte, pero sobre todo determinada visión particular y general de la religión, la política, la educación y la cultura de donde proviene.
No hay comentarios:
Publicar un comentario