Por Estrella Diaz
Joan Espino, Marcos Bisonó y Francisco Montás son tres jóvenes realizadores dominicanos que participan, por primera vez, en el Festival del Cine de La Habana y coinciden en afirmar que viajar a Cuba ha sido una experiencia inolvidable y de gran importancia para su formación futura.
Joan (director) del mediometraje “Verdad o reto”, estudió licenciatura en comunicación social en la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra — institución dominicana de enseñanza superior fundada en 1962 en Santiago de los Caballeros— y realizó algunos cursos en la Fundación Global “Democracia y Desarrollo” y en el Instituto de Cine de Nueva York. En conversación con nuestra emisora afirmó que la película es “un intento por reflejar la realidad dominicana, pero tiene zonas comunes con otros contextos de América Latina y lo que perseguí fue hacer una historia universal desde la perspectiva latinoamericana”.
¿Qué plantea la película, cual es la línea argumental?
Son dos niños que esperan por participar en un juego, pero como no les dan cabida pues comienzan a hacer travesuras y me meten en muchos problemas y empiezan a hacer cosas no muy adecuadas.
¿Primera vez en La Habana?
Así es y estoy encantado. Me habían hablado maravillas de Cuba, pero esto es superior a todo lo soñado: hasta que no pisas La Habana no te das cuenta de qué tal genial es. Los cubanos y los dominicanos nos parecernos muchísimo, pero ustedes tienen una ciudad maravillosa, bellísima. Para donde quiera que mires hay un video, una fotografía… quisiera para el próximo año hacer un proyecto con Cuba. Es algo con lo que comienzo a soñar.
Durante el Festival de Cine se ha organizado una muestra de cine dominicano contemporáneo…
La primera película dominicana que vino al festival fue “Un pasaje de ida” y fue en el año 1988 y ahora con esta muestra se abren grandes posibilidades para proyectar nuestro cine. La muestra incluye media docena de películas y una selección de cortometrajes que sobrepasa los veinte. Creo que es una excelente selección de cine joven.
¿Cuál consideras que son las características del cine actual en tu país?
Creo que hay como dos grandes líneas: una muy poética y la otra muy cruda y que refleja la realidad de Latinoamérica. Por esas aguas estamos nadando y hay que esperar, pero creo que por el momento se están definiendo cosas que tienen que ver con la identidad del audiovisual dominicano. Todavía no nos parecemos a nada y ahí es donde queremos llegar ¿cuál es el color de nuestra cinematografía? Por ejemplo, cuando pensamos en Brasil lo asociamos a “Ciudad de Dios” o cuando pensamos en Cuba con “Fresa y Chocolate”. Andamos en un camino de búsquedas.
¿Qué importancia le das a los Festivales de Cine?
He estado en muestras de cine en Nicaragua, Argentina, Estados Unidos, y Perú, pero esta es la primera vez que vengo a un festival y compartir con tantos cineastas te la oportunidad de superarte, de subir más tu nivel. Cuando alguien se ríe de tu trabajo —y es algo que querías lograr— o alguien aplaude ya está todo pago. Proyectarnos en un festival tan importante como el de La Habana es, en lo personal, un gran honor. Espero, sueño, que en los próximos años República Dominicana continúe viniendo.